Calles vacías
Presenté en una de las sesiones de FOTOFORUM COMPOSTELA una serie de fotos de calles vacías, que había ido haciendo en distintos lugares. En el coloquio, alguien me preguntó: Por qué calles vacías? Lo que me obligó a reflexionar. En principio, no busqué especialmente calles sin gente, pero haciendo fotos, aquí y allá, casi siempre me encontraba con alguna calle vacía. Es como si fuesen las calles vacías las que me buscaran a mí. Una vez que las fui viendo y ordenando, surgió la posibilidad de la serie y la decisión de esta galería y, a partir de entonces, sí busco, y casi siempre encuentro, calles vacías allí a donde voy. Incluso en ciudades y pueblos llenos de gente y visitantes. Pero si pienso en por qué llegué a esto se me ocurre que quizá sea porque yo en toda mi vida nunca tuve una habitación para mí sola. De niña, en una familia muy numerosa, siempre compartí habitación; cuando fui a la universidad a estudiar, compartí piso y habitación y el comienzo de mi vida laboral y, por tanto, de mi independencia, coincidió con el comienzo de mi vida en común con mi compañero. Y hasta hoy. Nunca tuve, pues una habitación para mí sola. Quizá por eso, las calles vacías me producen un vértigo que me atrae hacia el espacio libre por la frustración subconsciente de no haber tenido nunca “una habitación propia”, como diría Virginia Wolf. Para mí sola. No sé si será esto, pero lo pensé…